La ceremonia de boda de Estefanía y Manu la recordamos muchísimo por lo divertida que fue. De hecho, en su invitación prometían mucha risa, guasa y cachondeo. Y os lo avanzamos ya, cumplieron la promesa.
Manu es un sevillano ‘salao’, un tanto loco y caótico pero, con un corazón enorme. Y Estefanía, cariñosa, detallista, auténtica, una valenciana que era muy organizada… (‘era’, porque Manu ha conseguido que algo de su caos se le pegue). 😜
Estefanía & Manu se conocieron en el trabajo y, desde el minuto cero, congeniaron muy bien. Empezaron a salir bastante con el grupo de gente joven de la oficina y se sentían muy a gusto cuando estaban juntos.
Al principio se hacían muchas bromas y se enviaban mensajitos por el chat interno de la empresa. Comenzó así el «tonteke», que era como llamaban algunos compañeros de trabajo a las tonterías que había entre los dos.
Pero un día, en una barbacoa en casa de un compañero, Estefanía recuerda que vio que Manu la miraba de forma diferente. Hubo algo diferente por un momento. Y, después de aquello, Estefanía empezó a fijarse ‘más en serio’ en él.
Él seguía con sus bromas, haciéndose el valiente por el chat, hasta que un día, justo antes de salir de trabajar, en una de sus conversaciones con «tonteke», Estefanía le propuso ir a merendar, los dos solos. Manu no se esperaba aquello y se puso súper nervioso. Pero le echó valor y fue.
Y esa merienda debió de ir muy bien porque volvieron a quedar, aunque esta vez para cenar… y, gracias a la película que echaron esa noche en la televisión por casualidad, Manu improvisó una de las declaraciones más bonitas que hemos oído ❤️.
Manu fue el encargado de dar el pistolatazo de salida a la ceremonia entrando junto a su madre. Para el momento de su entrada, escogió la canción de ‘Let It Be’.
Más tarde, llegó el momento de la entrada de la novia. Estefanía llegó acompañada de su padre y nos sorprendió a todos haciendo su entrada con la canción de ‘A Thousand Years’ en una versión en directo.
¡Menuda carita de ilusión que tenían los dos! Jejeje Su ceremonia de boda tuvo muchos guiñitos graciosos, y es que con Manu como protagonista… ¡no podía ser de otra manera!
Él y su cabeza “caótica” dieron para varias anécdotas divertidas y seguro que algunos de sus invitados no conocían todas sus “hazañas” jejeje.
Entre ellas, la pedida de mano de la pareja que, una vez más, fue encabezada por “el desastre” que según Manu, es característico ya en su vida. Pero eso sí, al final terminó siendo especial, divertida y, sobre todo, fue completamente SUYA. Como todos los momentos que tienen juntos… y eso es lo que realmente importa.
Por supuesto su pedida la contamos (no podía faltar) junto a varias anécdotas que les han sucedido a lo largo de estos años que llevan juntos.
¿El resultado? Una ceremonia perfecta, y no es porque la hiciéramos nosotras 😅, es que sus expresiones y las de todos los invitados, lo decían. ¡Palabrita Meraki! 😉
También quisieron contar con tres intervenciones, una en grupo (los amigos del novio) y dos individuales, la prima de la novia y amiga de la pareja. Fueron unas lecturas muy emotivas y llenas de anécdotas que lograron sacar alguna que otra lagrimita y muchas risas a los novios. ¡Lecturas de las que nos gustan a nosotras!
Cuando les contamos la idea de hacer algún pequeño ritual simbólico a mitad de la ceremonia, les gustó mucho la idea y escogieron nuestro ritual de los nudos.
Lo cierto es que a nosotras este ritual nos encanta porque, además de poder personalizarse a tope para cada pareja, tal y como dice su nombre, el ritual consiste en hacer nudos. Y sí, es algo que todos sabemos hacer y es muy sencillo pero… ¡ese día hacer un nudo en la ceremonia puede ser todo un reto! Jejeje
Al final, con más o menos nervios, los nudos siempre salen y lo que sí conseguimos seguro, es sacar unas risas a la pareja y a los invitados. Como les pasó a ellos 🙂
Cuando se acercaba el final de la ceremonia, llegó el momento de intercambiar las alianzas de boda y leerse sus votos. Tanto Estefanía como Manu captaron perfectamente “nuestro concepto” de lo que son los votos, de fondo sonaba ‘Photograph’ de Ed Sheeran.
Cuando terminó la ceremonia, los novios firmaron y al ritmo de ‘Eres para mí’ recorrieron, esta vez juntos, el caminito y se reunieron con sus invitados para recibir todas sus felicitaciones.
Estefanía & Manu decidieron casarse en El Huerto de San Vicente una mañana de finales de mayo.
Esta finca, de Gourmet Catering, está situada en plena naturaleza y está rodeada de naranjos.
El espacio es muy bonito y cuando llegamos, nos encontramos una ceremonia preciosa con una decoración floral muy cuidada por Atelier de La Flor.
La novia llegó a la ceremonia en un coche de Sauclass y también coincidimos con Audioprobe que, como siempre, se encargó de poner toda la sonorización y que todo saliera perfecto.
Como hemos contado al principio de su historia, la pareja se conoció en la fábrica de Heineken, donde trabajan los dos. Para ellos es algo muy simbólico y quisieron hacer algún ‘guiñito’ en su gran día.
Encargaron unas figuras para la tarta de boda personalizadas, y Jose Vara los consiguió representar genial junto a una botella de cerveza.
También, contaron con Ohlala Candy Bar que llenó todo de chuches y Guille Darriba que se encargó de sus invitaciones y detalles de papelería.
Alfonso Calza fue el fotógrafo escogido por la pareja para acompañarlos en su gran día. Fotografías muy cuidadas. Debajo podéis encontrar una pequeña selección de las fotos de la pareja.
Estefanía lució un vestido de la firma Jesús Peiró que, la verdad, le quedaba como un guante. ¡Estaba guapísima!
Tenía claro que ese día no quería tener ningún tipo de preocupación, por lo que apostó por la seguridad de tener a su peluquero de siempre en Salvador Estilistas que le hizo un magnífico recogido.
Lo mismo pasó a la hora de escoger su tocado. Estefanía acudió al taller de Lamágora para hacerse con su complemento ideal. Se decantó por una tiara hecha con encajes de guipur en hilo de plata, aplicaciones metálicas plateadas, piedras naturales y cristales en tonos pastel.
Para la ceremonia, Estefanía lució unos elegantes zapatos de la firma Lodi que cambió para el baile por las bonitas alpargatas de color rosa claro de Lucia Be.
Manu también estaba muy guapo, luciendo un atrevido chaqué de La Sastrería Sevilla en color azul con chaleco y pantalón gris ¡y una corbata de lo más llamativa! ¡REGUAPO!
Nos despedimos de esta fantástica pareja agradeciéndoles que nos dejaran formar parte de su historia y que nos lo hicieran pasar tan bien. ¡Fue un verdadero placer!
¡Os queremos!
¡Un Meraki-Beso!
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Alfonso Calza
El Huerto de San Vicente
25 mayo, 2019
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